Una pérgola bioclimática para el jardín o la terraza es la última novedad. Su diseño innovador está ideado para ofrecerte una agradable sombra en cualquier zona exterior. Y todo ello, sin necesidad de que hagas obras o lleves a cabo complicadas instalaciones.
¿Cómo funciona una pérgola bioclimática?
Este tipo de pérgolas están fabricadas con lamas motorizadas y de aluminio, que además se pueden orientar fácilmente hasta 120º. De esta manera, las puedes cerrar o abrir cuando sea necesario de manera automática mediante un mando a distancia.
Dichas lamas se pueden girar y parar en una posición determinada. Así, es posible regular la cantidad de luz que prefieres en cada momento. Igualmente, con este sistema tan innovador podrás controlar la temperatura a fin de que puedas disfrutar de cualquier estancia de tu hogar independientemente del clima que haga.
Además, la posibilidad de poder dar orientar a las lamas va a evitar el efecto invernadero, al estar renovándose continuamente el aire y previniendo que se acumule el calor. Por eso, aunque nieve o llueva, podrás estar bajo su protección sin temor a mojarte. Lógicamente, este tipo de pérgolas cuentan con un sistema propio de desagüe en un lateral para que el agua no se estanque. Así, al adquirirla consigues que el agua no caiga en el espacio en el que esté instalada en el momento en que las lamas se abran de nuevo.
También existe la posibilidad de incorporar iluminación tanto en las lamas como perimetralmente, mediante focos o tiras de led. Con ellos puedes crear atmósferas ideales para disfrutar en cualquier momento del día, incluso por la noche, de este acogedor espacio.
Diferentes diseños
El sistema de pérgola bioclimática se adapta a medida en función de donde quieras realizar la instalación de la misma.
> Independiente: consta de cuatro pilares, este modelo se puede instalar de forma individual sin necesidad de ir anclada a la fachada de la vivienda.
> Adosada: van ancladas por uno o varios de sus lados a la pared. De esta forma se consigue una integración completa con la fachada de la vivienda.
Además, existen numerosos acabados y diseños para que se adapten a la perfección en cualquier terraza o jardín, independientemente del estilo de tu hogar. En todos los casos, su estética es de lo más actual, atemporal y con líneas minimalistas.
¿Dónde puedes instalar tu pérgola bioclimática?
Las pérgolas bioclimáticas han sido diseñadas no solamente para utilizarlas en terrazas privadas y jardines. También pueden recurrir a ellas para establecimientos de hostelería, como por ejemplo hoteles, bares o restaurantes. De hecho, ofrecen una imagen moderna, actual y de lo más confortable.
Ventajas de una pérgola bioclimática
A continuación, te enumeramos las razones por las que debes hacerte cuanto antes con una pérgola bioclimática para tu jardín, porche o negocio:
Protegen contra el sol
Sus lamas orientables hasta 120º y motorizadas permiten regular la entrada de luz. De esta manera, la temperatura que disfrutarás debajo de la pérgola será siempre la ideal, sin necesidad de preocuparte por el sol.
Protegen frente a la lluvia
Otra de las muchas ventajas de estas pérgolas es que se pueden cerrar de forma hermética cuando llueve para impedir el paso del agua. También cuentan con un sistema perfecto de evacuación, de tal manera que el agua no llegará a mojar en ningún momento la estancia cuando las lamas se vuelvan a abrir.
Mantenimiento mínimo
Existen otros sistemas de protección para el exterior, como las pérgolas de madera, que necesitan tratamientos habituales para que duren el máximo tiempo posible. Por el contrario, estas pérgolas apenas necesitan mantenimiento. Bastará con que las limpies de vez en cuando con agua y un jabón neutro. Tanto sus lamas como sus mástiles. También es muy importante la limpieza periódica de los canalones, ya que así evitaremos que se obstruyan debido a la acumulación por suciedad (hojas, ramas, etc…).
Ahorro energético
Esta magnífica solución que aporta sombra y refresca en el exterior, también ayuda a regular la temperatura del interior de tu vivienda, siempre y cuando la instalación esté cercana o adosada a la fachada y cerrada verticalmente con sistema de cortinas de cristal o cortinas correderas.
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